
No me enteré de los muertos ni del tamaño de la tormenta hasta el día después, cuando el viento amainaba. Veo poca tele.
Queria contaros que el jueves por la mañana, cuando salí de casa con el paraguas azul, el viento era increíble. En algún momento de los 10 minutos que me separan de la oficina pensé que aterrizaría en la Calle de los Cerezos, como Mary Poppins o en el país de Oz. Bajo la lluvia estuve luchando contra el viento que me sacudía o me empujaba contra los portales de las casas hasta llegar a la plaza Ambiorix. Ahí fue cuando una ráfaga me quebró el mango del paraguas. Sí, quebro el mango del paraguas. En su momento tenía gracia contarlo, pero ahora, con 42 muertos y una cantidad de destrozos parece una reverenda estupidez. Eso.
2 comentarios:
Lo vi en la TV..increible..suerte que no andaba por ahi con mi bicicleta..aca sigue el sol..anuncian frio y nieve..y nada
Yo estoy bastante apocalíptico con esto del cambio climático... prepárate para los tifones en el mediterráneo. : )
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