sábado, 26 de abril de 2008

Liubliana, con vista a los alpes

Nunca antes había estado en Eslovenia. Llegué de noche a Liubliana, el vuelo demorado, el hotel en un bosque cerca de la carretera, la noche sin luna.

No mucho para ver.
La mañana siguiente fue de reuniones y lluvia al caer la tarde.
Salir de esas desconcertantes estructuras protosoviéticas, hoy recicladas en centros de congresos, no poder orientarte en la ciudad a la que acabas de llegar, que llueva horas sin parar, vestir traje y llevar un maletín con portátil, no tener paraguas y no saber dónde o cómo coger un taxi son situaciones que, si son simultáneas, puede llegar a estresarte y mucho.
Pero bien, a pesar de este comienzo desolador, al día siguiente me encontré con una ciudad bellísima, pequeña, elegante. Preciosas calles antiguas y barrocas se funden con una arquitectura modernista allí donde el terremoto de 1895 hirió a la ciudad. Un río que la atraviesa, terrazas que invitan a tomar café, los magníficos tres puentes, las iglesias, un castillo en lo alto de la colina y una vista panorámica de los Alpes nevados que te sorprende en las esquinas.
Visitar Liubliana puede llevar poco tiempo, pero disfrutarla sin prisas sería lo ideal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante tu opinion sobre Liublana, yo tambien lo he visitado y escrito un post al respecto... me gustaria saber tu opinion:
http://viajes.biboz.net/liubliana/

Un cordial saludo y sigue escribiendo asi.

Alvar dijo...

Gracias, me encantó la ciudad y me quedaría varios días sin dudarlo. Quizás en el próximo viaje :)