domingo, 19 de noviembre de 2006

Chipre: el fin del mundo conocido

Chipre es una isla especial, una suerte de botín de guerra que se suma a la eterna disputa entre los griegos y los turcos. Poco vi en este viaje más allá de Lemessos y Nicosia. Un tercio de la isla fue ocupada por los turcos en los años 70 y la mitad de Nicosia está del otro lado del muro.
Los chipriotas tienen también sus desaparecidos. Muchos teniendo en cuenta la pequeña población. Los habitantes de este lado hablan con amargura y rencor de los ocupantes del tercio norte. Sus comentarios me recuerdan un libro, “A la sombra del Monte Santo”, que cuenta una travesía por la brutalidad turca.
Lo más impresionante fue ver el muro que divide la ciudad, la tierra de nadie, la vida que se atisba al otro lado. Anochecía con esos tonos mediterráneos que van del rojo al azul profundo. El silencio era pesado, los visitantes dejan de hablar cuando contempla el muro, los puestos de guardia, la división.
En la noche, al otro lado, un muadin comenzó a llamar a la oración, la voz potente ululaba en el atardecer, rasgaba el aire sobre las casas de nadie, sobre las vidas abandonadas, sobre esa franja oscura y vacía que se atisbaba por los agujeros del muro entre las bolsas. La sensación era irreal, siniestra. Era una última frontera, el fin del mundo conocido.

1 comentario:

Ma_klu dijo...

puf..que lugar..me encanta tus relatos ..cierro los ojos y veo el lugar..